domingo, 3 de septiembre de 2017

Capítulo 35. Planning the next step

Los forzudos mecánicos se las apañaron para sacar al Highwind al exterior y llevarlo hasta la pradera. Estaba sobre unas pequeñas plataformas con ruedas bajo sus soportes principales, pero aun así era un vehículo era grande y pesado. Los que estaban entrenando ya se encontraban en la tercera y última fase, meditando bajo unos árboles, pero las maniobras llamaron su atención y enseguida dejaron el ejercicio a medias para ayudarles con el avión. Cloud el primero.

— ¡Listo! Aquí será perfecto. — Concluyó Cid para dar un descanso al grupo. — Yo me subo y lo probamos. — Dijo mirando a la joven maga al tiempo que le guiñaba un ojo.

— Está bien. Será mejor que os apartéis un poco. — Advirtió Tifa al tiempo que hacía aspavientos con los brazos y caminaba hacia atrás. — Recuerda lo que hemos hablado. — Kanha asintió.

Básicamente habían quedado en hacer la prueba incrementando poco a poco la intensidad del viento. Aun así, Kanha se calzó sus guantes de combate y se los ajustó bien para concentrarse a tope. Esta es nuestra gran oportunidad para acabar con todo esto. Alzó los brazos al aire y éste comenzó a moverse dulcemente generando una brisa que al principio era agradable, pero que enseguida pasó de mover las hojas de los árboles a mover las ramas enteras. Las hélices del Highwind empezaron a girar, pero el avión no hacía ningún gesto que les hiciera pensar que fuese a despegar. Entonces la muchacha intensificó el hechizo y sus compañeros tuvieron que agacharse para no perder el equilibrio y caer. Algunas piezas de los tejados más cercanos empezaron a despegarse y a salir volando. La melena de la hechicera se soltó y se puso en vertical. Ella abrió los brazos y los puso en cruz para conseguir mayor control sobre la energía.  Fue entonces cuando la nave se despegó unos casi imperceptibles centímetros del suelo, distancia que Cid enseguida notó y que le hizo gritar de emoción.

— ¡Mantente así, chica! — Pidió por los altavoces externos. — Sólo un poco más.

Kanha le obedeció y en menos de lo que se pensaban el Highwind tomó altura y se alejó de ellos cómo una flecha. Entonces la chica bajó los brazos y se relajó; el viento desapareció al instante. La energía se calmó y fue en aquel preciso momento que notó una vibración extraña en el cráter que generó el rayo del día anterior, pero enseguida se distrajo por los comentarios de asombro de sus compañeros y, como ellos, alzó la mirada. Todos se habían quedado literalmente con la boca abierta al ver cómo aquel avión surcaba el cielo sin hacer ningún tipo de ruido y a una velocidad increíble.

— ¡Lo hemos conseguido! — Gritó Tifa abrazándose a Barret y este la elevó por los aires como si fuese una niña pequeña al tiempo que reían juntos. Kanha nunca los había visto tan contentos. En contrapartida Cloud parecía consternado, pero no hubo tiempo para preguntas, ni siquiera para las telepáticas. — Si ya tenemos transporte debemos prepararnos para partir lo antes posible. Cuando Cid vuelva estableceremos el momento idóneo para marchar. De momento, tenemos que comprar todo lo necesario para el viaje y la exploración en el Continente Norte, además de abastecernos de todo lo necesario para que los chocobos nos acompañen. El Highwind no precisa combustible, por lo que el mantenimiento de nuestro transporte estará totalmente en manos de Cid que no piensa dejar que nos lo llevemos si él no nos acompaña. La verdad es que no se lo hemos pedido, pero nos ha insistido encarecidamente. — Barret asintió a sus palabras. — Estamos convencidos de que será un gran activo para el grupo. — Enseguida el avión volvió y tomó tierra casi en vertical, como si fuese un helicóptero. Cid bajó de un salto sin poder dejar de reír.

— ¡Esto es una maravilla! — Exclamó al resto del grupo. — ¿Cuándo nos vamos?

— Cuando tú digas. — Respondió Tifa igual de eufórica.

— Llegar a nuestro destino nos tomará alrededor de dos horas, por lo que si salimos de aquí ahora mismo estaríamos allí justo después de comer. — Afirmó el piloto.

— Lo cierto es que no creíamos que fuese a ser tan inminente por lo que aún no estamos preparados para partir. Debemos abastecernos y acomodar las cosas de los chocobos para poderlos subir y que viajen con nosotros. Eso nos tomará tiempo…

— Podemos hacerlo nosotros y que ellos continúen con el entrenamiento. — Propuso Barret.

— Eso mismo iba a decir yo. — Aclaró su compañera. — Nosotros tres nos ocuparemos de todos los preparativos mientras que vosotros aprovecháis hasta el último momento para entrenar. Saldremos mañana al alba.

— Pero primero vamos a guardar el Highwind en el taller y vayamos a comer para reponer fuerzas. — Concluyó el piloto que rebosaba orgullo y felicidad por cada uno de sus poros.

De hecho, la alegría y la ilusión se palpaban en el aire y todos se habían dejado contagiar por ello. Todos excepto Cloud. Kanha se dio cuenta, pero al mismo tiempo también se percató de que no sería buena idea preguntarle. Sabía que era un chico reservado, que sería mejor dejar que fuese él quien diese el primer paso, aunque se podía hacer una idea de a qué venía esa actitud tan negativa. Al fin y al cabo, no hacía mucho que le había confesado el miedo que le daba que llegara ante Sephiroth, que éste le utilizara como si fuese una marioneta y que se volviese peligroso para sus compañeros. Seguro que es eso… Pensó la muchacha.

Enseguida se pusieron manos a la obra: volvieron a calzar las plataformas con ruedas bajo los soportes principales de la nave y la guardaron entre todos para poder ir a comer y a celebrar que podían partir. Era una alegría un tanto amarga porque nadie celebra el ir a una guerra, pero todos lo veían como la única manera de salvar el mundo y que peor sería no poder llegar hasta allí para, por lo menos, intentarlo. Por ese mismo motivo la alegría se fue diluyendo paulatinamente para dar paso al silencio. La comida familiar no fue para nada una celebración, exceptuando a Cid que no podía disimular su orgullo, pero el resto apenas se dirigieron la palabra y evitaban mirarse a los ojos. Cada uno de ellos se enfrentaba secretamente como podía a sus miedos y todos lo sabían. Una vez más, Kanha hacía frente a la situación de una manera distinta. No sentía miedo sino euforia, pero no por la alegría de ver volar al Highwind como Cid, sino porque tenía ganas de acabar con ese temor a la destrucción, ansiaba ver a sus seres queridos sin tener que cargar con el peso de la misión, quería tener la opción de pensar en qué haría después; y para eso debían destruir a Sephiroth y a Jénova y restaurar el equilibrio de la energía vital del planeta. Todo estaba muy cerca y eso la ponía en un estado anímico muy distinto al de sus compañeros.

Después de comer no hubo descanso y los que debían entrenar se fueron directamente a la pradera. Kanha estuvo de pareja con Yuffie toda la sesión: al principio fue la jovencita la que le dio clases de artes marciales y de cómo usar un arma blanca si se diese el caso, más tarde fue la hechicera la que le dio las directrices básicas para usar la magia negra, ya que a todos les parecía más fácil. Lo cierto es que esta segunda parte fue un tanto desesperante porque la muchacha era bastante negada con el uso de la energía y además tenía muy poca paciencia. Sin un mínimo de concentración es imposible… Pensó Kanha consternada. Por suerte o por desgracia la tarde dio paso al ocaso y Cloud dio por finalizada la segunda fase del entrenamiento para empezar con la meditación. Cuando la noche cubrió el paisaje de un manto azul índigo Tifa apareció arropada con un haz de luz proveniente del interior de la casa de Cid y les llamó al tiempo que hacía gestos con las manos para que entraran a cenar. Se les había hecho tarde, pero lo cierto era que tenían que aprovechar hasta el último minuto.

— La nave ya está lista. — Tifa, como líder del grupo, creyó conveniente romper el hielo y al mismo tiempo también acabar con ese silencio tan incómodo que les acompañó durante casi todo el día. Debían hablar y decidir cómo iban a proceder en adelante. — Los chocobos ya descansan en el establo que hemos adaptado en el Highwind para ellos y así mañana no habrá que cargarlos ni generarles un estrés innecesario. Hemos comprado víveres para todos, además de pociones, ungüentos y otros objetos que hemos creído que nos serían útiles. Todo eso ya está listo y colocado en su sitio. Los únicos que faltan por subir somos nosotros y los objetos personales de cada uno. Esta noche, antes de iros a dormir, deberíais preparar lo que os queráis llevar. No hay problemas de espacio; aunque no lo parezca, es un transporte muy grande con cabida para todos, así que sentiros libres de llevaros lo que queráis. Mañana al alba nos iremos. — La chica hizo una pausa para mirarlos a todos, uno a uno, a los ojos. — Si alguien no está seguro de querer seguir adelante con la misión no tiene por qué hacerlo. Sabéis a lo que nos vamos a enfrentar y no os lo reprocharé si decidís no subir a la nave.

— Nadie ha venido obligado hasta aquí. — Dijo Vincent con un tono ascendente, incluso amenazante, aunque sin mostrarse agresivo.

— Cierto, pero entiendo que a algunos nos pueda dar miedo seguir adelante ahora que ya tenemos transporte y que el enfrentamiento parece inminente. — Justificó la chica.

— Como dice Vincent, todos estamos aquí voluntariamente. — Continuó Barret. — Si alguien decide irse también estará en su derecho. — Nadie contestó.

— En todo caso, Barret, Cid y yo hemos estado pensando en cómo actuar una vez lleguemos al continente Norte. — Quiso aclarar Tifa. Entonces Cid se levantó de su silla y apartó una cortina que había en un lateral del comedor para mostrar un mapa de Gaia.

— Nosotros estamos aquí. — Dijo el piloto apuntando un lugar al suroeste del Continente Norte. — Cuando salgamos nos dirigiremos en línea recta hasta la costa. Eso nos llevará un par de horas aproximadamente. En principio, debemos dirigirnos al cráter así que no tomaremos tierra hasta que no estemos bastante cerca. Traducido a tiempo podríamos estar hablando de una hora más de trayecto. La pena es que no puedo aterrizar dentro, os aseguro que si pudiera lo haría...

— Y por eso mismo nos llevamos a los chocobos con nosotros, porque no sabemos lo que nos espera. — Aportó Barret.

— Desde el aire buscaré la zona más cercana al cráter que nos permita tomar tierra y desembarcar. — Continuó el piloto. Por su expresión parecía que esperaba algún tipo de réplica, porque parecía decepcionado con el silencio reinando en la sala, así que Tifa continuó y él se sentó en su silla.

— No tenemos la materia oscura, Jénova es un ente sobrenatural que no tenemos demasiado claro que es pero que debe de ser muy poderosa por el interés que despertaba en el Doctor Hojo y además nos vamos a enfrentar a la leyenda de Soldado. Parece que lo tenemos todo en nuestra contra, ¿verdad? Pues no es así, porque precisamente este escenario es nuestra gran ventaja.

— No entiendo nada. — Dijo finalmente Yuffie con cara de póker.

— Para empezar no se esperan que vayamos a enfrentarlos porque no tenemos nada que les pueda parecer una amenaza.

— ¿Nos estás diciendo que es una misión suicida? — Preguntó la benjamina en un tono que bailaba entre la sorpresa y la indignación. Si su intención es animarnos no lo está haciendo muy bien… Pensó Kanha.

— Os estoy diciendo lo que ellos creen, pero no es así y todos lo sabéis. Jénova creía que Aerith era su verdadera amenaza, que era la única capaz de invocar a Sagrado para echar a perder su plan. Ellos la mataron y ahora están convencidos de que nada les puede hacer sombra y la prueba está en que nos permitieron conservar la materia blanca. Pero nosotros tenemos un as en la manga. — En ese momento todos miraron a la joven hechicera. — Ella también es capaz de llevar a cabo esa hazaña. Tenemos el fragmento y la tenemos a ella, no debemos temer por Meteorito.

— Está claro que esa es la clave, pero no creo que sea tan sencillo. — La interrumpió Vincent que se había vuelto repentinamente activo en la conversación. — Conociendo la mentalidad de los Soldados y teniendo en cuenta que Jénova yace en su interior, estoy seguro que deberemos batallar. Y os aseguro que será duro. Cloud ya ha luchado contra él. — El joven rubio, que había intentado pasar desapercibido, no pudo disimular un escalofrío al sentir su nombre. — ¿Recuerdas algo que nos pueda ayudar cuando tengamos que enfrentarlo? — El chico tragó saliva y levantó la cara para mirarlos a todos e intentar esconder esos sentimientos que le mostraban débil ante el resto.

— Sephiroth es el más grande Soldado que Shinra ha tenido jamás entre sus filas. Ahora sabemos por qué; nació para eso, pero precisamente eso es algo que no podemos cambiar. Sin embargo, lo que os quiero decir es que no se tratan solo de habladurías. Las pocas veces que he visto magia realmente poderosa ha sido de su mano. Lo que hemos estado haciendo estos últimos días no se puede ni comparar con lo que él es capaz de hacer y si su objetivo es generar daño sin limitación no puedo imaginar…

— Pero él está solo. — Le cortó Kanha. — No hay nadie indestructible ni tampoco existe la perfección. Seguro que tiene un punto débil y lo encontraremos.

— Entiendo a lo que te refieres, Cloud. — Prosiguió Tifa. — Yo también estuve allí y le vi luchar contra ti y contra Zack. Sé que es un gran guerrero, pero como dice nuestra amiga él está solo y nosotros somos más.

— ¡Entre todos lo aplastaremos y no será necesario invocar a Sagrado! — Gritó Yuffie golpeando su palma izquierda con el puño derecho.

— En ese caso será necesario pensar en una estrategia. — Sentenció Nanaki.

— Pues tú dirás…

— Aparte de entrenar, estos días he estado observándoos a todos y en base a ello he estado pensando en cómo podríamos actuar, cuáles serían las mejores opciones para conseguir la victoria. Es cierto que yo no sé mucho acerca de Sephiroth, pero a partir de lo que me habéis contado creo que algo podremos hacer. — Todos le escuchaban atentamente. — En primer lugar, debemos detenerles. Si no lo hacemos tal vez no lleven a cabo su plan desde allí, pero sí desde otro lugar en otro momento que ahora mismo desconocemos y sin esa información sería mucho más complicado detenerlos. Ahora sabemos el cuándo y el dónde y precisamente por eso esta es nuestra mejor oportunidad. Para conseguirlo tenemos que empezar por bloquear o destruir a Jénova, que es el cerebro del plan. Pero eso va a ser un tanto complicado teniendo en cuenta que no está viva y que no es algo físico que podamos manipular o dañar.

— No creo que sea tanto problema. — Interrumpió Kanha. — Ya la bloqueé una vez y creo que podría volver a hacerlo. No se espera que yo venga con vosotros, me da por muerta, seguro.

— ¡Fantástico! — Exclamó Tifa cogiéndose al voluminoso brazo negro de Barret.

— En ese caso, una vez bloqueada será cuestión de neutralizar a la leyenda y creo que eso será lo más complicado…

— Somos una ninja, una hechicera blanca, un mago negro, un ex Soldado y un ex Turco. Cinco guerreros bien entrenados contra uno. Creo que por muy fuerte que sea tenemos ventaja…— Aportó Vincent.

— ¡Cierto! — Recalcó Nanaki. — Y aun así estamos todos muy tensos. — La decepción se palpó en el aire.

— Supongo que hasta que no lo superemos no podremos recuperar la sonrisa y la calma…— Reflexionó la joven líder.

— Así es. Y hay más: tenemos que pensar en la posibilidad de que Kanha no pueda bloquear a Jénova o que el proceso para lograrlo le lleve más tiempo del que creía. En ese intervalo de tiempo seguirá comiéndole el coco a su hijo, dándole información que pueda sernos perjudicial.

— Sephiroth no necesita que le susurren al oído para ser un buen estratega. — Dijo Cloud con un cierto aire de admiración. — Ya era una leyenda en Soldado incluso antes de salir de la instrucción. Pasó directamente a la categoría Primera Clase, que es el rango más alto. Sus habilidades y su técnica eran insuperables, despuntaba en todas las disciplinas y además tenía la mente siempre en calma por lo que era un as dirigiendo su destacamento y nunca fallaron en una misión.

— Sí, sí… bla bla bla… una leyenda, claro. — Le interrumpió Yuffie con un tono burlón para quitarle importancia a esas palabras cargadas de preocupación.

— Creo que a estas alturas nadie cree que sea una marioneta a la que una vez le corten los hilos se quede inmóvil. Sephiroth es peligroso por sí mismo y por eso debemos trazar nuestra estrategia desde antes de partir. — Intervino Barret.

— Exacto. — Quiso continuar el guepardo rojo. — Por otro lado, estamos dando por hecho que les vamos a pillar por sorpresa, pero ¿y si cuando lleguemos nos están esperando?

— Eso sería horripilante…— Se estremeció Yuffie.

— Tal vez creamos que nos subestiman y los que les estamos subestimando somos nosotros…— Continuó.

— Y tal vez el creerse tan perfecto y un guerrero tan completo le haga pecar de soberbia. — Quiso decir Kanha. — Tal vez ese sea su punto débil y ahora mismo esté convencido de que la victoria es suya. Tal vez, después de todo, contemos con el factor sorpresa…

— En cualquier caso, tendremos que luchar contra Sephiroth. — Quiso sentenciar Vincent. — Ahí necesitaremos la estrategia.

— Bien. En la lucha contra él nos colocaremos en dos filas: en la delantera estarán los luchadores y en la posterior los hechiceros. Kanha usará magia blanca para proteger a todo el grupo y sanarlo. Yo usaré magia negra para atacar junto a vosotros tres que podréis combinar magia y destreza física para enfrentaros a él. Cloud tú podrías invocar a Ifrit para calentar un poco el ambiente.

— No lo veo claro. — Interrumpió Kanha inesperadamente. Nanaki se quedó sorprendido y la miró esperando una explicación. — Precisamente tú no parabas de decirme en los entrenamientos que era muy importante tener en cuenta los contrahechizos. ¿Quién te dice a ti que Sephiroth no sea resistente al fuego? Cloud le conoce bien, pero él también conoce a Cloud y sabe que puede invocar a Ifrit. ¿De verdad crees que no habrá tomado precauciones en todo este tiempo y que no llevará ningún accesorio que minimice los daños causados por la magia ígnea? — El silencio volvió a imponerse. — Está claro que el espíritu del fuego es una gran baza, pero no me parece apropiado empezar la lucha usándolo cuando no sabemos muy bien lo que nos vamos a encontrar.

— Tienes razón…— Sucumbió el animal. — En ese caso, será mejor que ataquéis físicamente hasta que el enemigo empiece a mostrar sus armas. Le debilitaremos con nuestra lucha conjunta. Recordad que somos cinco y él es sólo uno.

— En cualquier caso, nuestra prioridad es que no invoquen a Meteorito. — Quiso recalcar Tifa. — Lo ideal sería acabar con ellos, pero si nos vemos superados debemos recordar que la prioridad es esa.

— ¿Quieres decir que si conseguimos la materia negra sería suficiente para conseguir la victoria? — Preguntó Kanha.

— Al menos de momento, sí. — Hablaba muy en serio. — Está claro que si somos capaces de acabar con el problema de raíz podremos dar por finalizada nuestra misión y volver a casa. Si alguno de ellos escapa con la materia negra la pesadilla continuará indefinidamente, por lo que ante la imposibilidad de ganar la lucha por lo menos debemos hacer todo lo posible para arrebatársela. — Todos asintieron. — Se está haciendo tarde y es importante descansar. No sabemos si mañana nos enfrentaremos a Sephiroth o si nos llevará varios días dar con él. Está bien hablar del tema, pero no tengo la certeza de que haya ningún adivino en el grupo, por lo que nos falta muchísima información para poder concretar más. No podremos decidir qué vamos a hacer hasta que no lleguemos allí y sepamos a qué nos enfrentamos con más detalles. Así que lo mejor que podemos hacer ahora es descansar y zarpar bien temprano para no alargar más de lo necesario esta agonía.

— Se hará lo que se pueda…— Dijo un cínico Cid después de oír todo lo que había oído y que no se había atrevido a abrir más la boca desde que se había sentado de nuevo en su silla.

— No te preocupes Cid. Tú eres el piloto y tu prioridad será la Highwind, no la lucha. — Quiso tranquilizarle la muchacha.

— ¡Por supuesto! No pienso abandonar mi nave ni tampoco echarme atrás, pero después de oír todo esto será complicado dormir. En fin, al menos descansaremos. Mañana al alba os quiero a todos listos en el taller. Sacaremos la nave y zarparemos antes de que se haga de día. — Los comensales asintieron y empezaron a abandonar la sala.

— ¿Damos una vuelta, Cloud? — Preguntó Kanha cuando ya estaban todos más dispersos.

— Quiero ir a ducharme.

— Sí, yo también, pero antes quisiera hablar contigo.


— Está bien… — La pareja ignoró las miradas indiscretas, sobre todo las femeninas, y se fueron juntos al exterior, hacia la pradera. Kanha volvió a notar aquella vibración extraña, que no cuadraba con la harmonía del resto de energía del lugar, y que provenía del cráter que se había formado con el rayo del día anterior. Me pregunto qué será…

Mapa de Gaia


sábado, 26 de agosto de 2017

Capítulo 34. Training hard

El entrenamiento de la tarde fue similar al de la mañana. Nanaki se mostró muy interesado en volver a tener a Kanha como compañera porque la veía como un reto personal y porque defendía que podrían aprender mucho el uno del otro. La chica no estaba muy de acuerdo con él; tenían maneras distintas de entender cómo funcionaba la magia. Tal vez era porque el guepardo había accedido a sus habilidades a través de procesos sintéticos por lo que le era muy difícil entender la esencia del manejo de la energía vital y discrepaban en algunos aspectos básicos. Sin embargo, Kanha debía admitir que él tenía razón en una cosa y es que la experiencia era un plus que ella no tenía, por lo que practicar con alguien hábil en ese campo como él podría resultar bastante productivo para ambos. Aun así, el organizador del entrenamiento creyó que sería mejor seguir con las rotaciones y que todos entrenaran con todos, por lo que así se hizo.

De camino a la posada, tras la fase de meditación, Cloud ralentizó el paso para observar el taller donde trabajaba el resto del grupo. El sol ya se estaba poniendo y las casas y calles de Junon empezaban a encender las luces de su interior. Estaba claro que finalmente no podrían hacer la primera prueba de vuelo aquel día, así que con un semblante un tanto decepcionado volvió a acelerar el paso y alcanzó al resto de sus compañeros que iban derechos a ducharse y a arreglarse para poder ir a cenar a casa de Cid y ponerse al día de la situación actual. Una vez allí los mecánicos informaron de que la nave estaba casi lista, pero que les faltaba una pieza que no tenían. Cid dijo que podía forjarla él mismo, pero que eso implicaba toda una mañana de faena, por lo que la prueba no sería posible al menos hasta la tarde. Tifa le recordó a Cloud lo importante que era que aprovecharan el tiempo para entrenarse a fondo y él aceptó de nuevo su responsabilidad, por lo que a la mañana siguiente tocaba otra sesión de duro entrenamiento.

Aquella noche, todo el mundo estaba muy cansado, incluso Kanha que además había empalmado dos jornadas seguidas. Aun así, antes de quedarse dormida del todo quiso concentrarse en la energía vital de sus compañeros para memorizar sus frecuencias y tenerlas presentes cuando llegase el momento. Cada vez que hacía ese ejercicio se daba cuenta de lo acompañada que estaba y no sólo por ellos, sino también por el resto de seres vivos que formaban parte de su entorno. Esa sensación la reconfortaba enormemente y con esa paz en el corazón se refugió en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente, bien temprano, Cloud despertó a todos sus “guerreros” para ir a entrenar. Todavía no era ni de día.

— Hoy debéis llevaros vuestras armas. Lucharemos más seriamente. — Dijo con una expresión en la cara que no dejó lugar a dudas: no era un farol. Entonces, el joven rubio se acercó a ella, rebuscó en una pequeña bolsa que llevaba colgada del cinturón y sacó sus guantes de cuero. Kanha casi había olvidado que los usaba para concentrar mejor la energía vital. — Te los he estado guardando. — Dijo Cloud suavizando el tono. — Cógelos. Son tuyos.

Desde que había normalizado su propia energía vital y era capaz de controlarla a tan alto nivel, ni se había acordado más de que anteriormente había precisado canalizadores. No estaba segura de si cogerlos o no, pero Cloud no parecía estar dispuesto a hacer excepciones y desde luego ella no quería ser un motivo de discordia, así que los aceptó y le sonrió tímidamente.

— Gracias. — Le dijo y el chico se giró y se fue con el resto del grupo para empezar lo antes posible, sin siquiera corresponderle con un gesto de asentimiento. Un tanto descortés por su parte, pero Kanha ya se había acostumbrado a esas reacciones de Cloud.

Cuando llegaron al descampado se pusieron en círculo para escuchar cómo se iban a repartir los ejercicios del día.

— Como ya os expliqué ayer, el entrenamiento consta de tres partes: calentamiento, lucha y meditación. Cada una de ellas es igual de importante, por lo que os aconsejo que os las toméis todas en serio. — Recalcó mirando directamente a Yuffie que había salido de la posada bostezando y aún lo estaba haciendo. — Todos estamos aquí voluntariamente y todos sabemos a qué nos enfrentamos y que la derrota no es una opción. En otras palabras, esto se reduce a victoria o muerte, por lo que nos lo jugamos todo y no podemos andarnos con chiquitas. — El ambiente se tensó al acto y Yuffie cerró la boca. — Ayer entrenamos habilidades físicas y mágicas, pero con las manos desnudas. Hoy haremos lo mismo con nuestras armas. En principio, las batallas se intensificarán, pero no olvidéis que, aunque os lo debéis tomar en serio, esto no es más que otro entrenamiento, por lo que procurad no haceros daño porque eso no sería más que un absurdo error y un inconveniente para todo el grupo. — En esta ocasión miró a su compañera y ella se ruborizó.

No lo hago intencionadamente. Aún estoy poniendo a prueba lo que he aprendido… Se quejó Kanha telepáticamente, pero Cloud actuó como si no hubiese oído nada.

— El objetivo del entrenamiento de ayer era conocernos en el campo de batalla, saber cuáles son nuestras virtudes y nuestras debilidades para poder trazar una estrategia de actuación con más datos y, por lo tanto, que sea más efectiva. El objetivo de hoy es más o menos el mismo, pero con las armas que normalmente usamos y teniendo en cuenta que también nos podemos encontrar con que nos las arrebaten y debamos volver a luchar con las manos desnudas. No podemos descartar ninguna posibilidad, debemos tener en cuenta todas las variables para sopesarlas y adelantarnos. Ya sabéis lo importante que es todo esto para todos, no solo para nosotros. — Hablaba totalmente en serio y nadie se lo tomaba a risa. Cloud los miraba uno a uno a los ojos buscando un atisbo de duda, de indecisión, de miedo, pero no encontró nada que le alarmara: todos estaban dispuestos a seguir adelante. — ¿Alguna pregunta? — Nadie dijo nada. Ni siquiera Yuffie. — En ese caso empecemos con el calentamiento. — Enseguida se pusieron a correr bordeando el prado en el que entrenaban y que tenía en la zona central un cráter por el rayo que había caído el día anterior.

Cuando llegó el momento de hacer las parejas Kanha se calzó sus guantes con un poco de miedo, así que no se pudo resistir a plantearle sus temores a su más que amigo. ¿Estás seguro de esto, Cloud? Si ayer invoqué un rayo que ha hecho un cráter así, ¿cómo será hoy si lo hago con los guantes? Podría herir a alguien…

Estoy de acuerdo en que podría ser peligroso, pero en tu caso el reto será controlarte. Cuando estemos ante Sephiroth no tendrás que frenarte y tendrás carta blanca para usar todo tu potencial, pero esto es solo un entrenamiento. Recuérdalo.

En ese caso échame una mano, no me dejes sola con esto. Entonces Kanha se desconcentró porque se percató de que Vincent la estaba observando demasiado intensamente.

— No te preocupes. — Le dijo inesperadamente. — Voy a hablar con Cloud. Creo que después de lo de ayer será mejor que varíe un poco la dinámica del entrenamiento de hoy si realmente quiere que no haya heridos.

Enseguida se puso en marcha y se acercó al joven coordinador para exponerle su idea. Kanha se quedó boquiabierta con lo extraño de la situación ya que era la primera vez que el ex Turco le dirigía la palabra sin que fuese parte de una conversación con terceros o como respuesta a una pregunta directa. Vincent era una persona extremadamente reservada, casi nunca hablaba y todos sabían que era muy valioso por lo que callaba. Para ella era como un cofre sorpresa porque a duras penas sabía algo de él. No lo había descubierto en el juego ni tampoco era que le hubiesen dado más información sobre él, exceptuando la historia que les contó sobre su mujer y el nacimiento de Sephiroth. Unos segundos después, Cloud levantaba el brazo al tiempo que silbaba para llamar la atención de sus compañeros.

— Cambio de planes. Justamente porque no queremos que nadie salga herido, vamos a hacer una prueba antes de empezar. Kanha, — aquellos ojos azules la miraron directamente de una manera tan intensa e inesperada que se sintió intimidada por ellos — prepárate porque vamos a ver de lo que eres capaz.

— ¿Qué quieres decir? — Preguntó la joven.

— Vincent y yo nos vamos a enfrentar a ti, pero no va a ser un combate, sino que vamos a probar tu potencial con la magia, tanto blanca como negra. Nosotros, el grupo entero, también tenemos la necesidad de saber hasta dónde llegas y, aunque no te vamos a empujar hasta tu límite, sí que vamos a probar algunas cosas.

— ¿Y los demás qué hacemos? — Quiso saber Yuffie. Al estar hablando de magia se sintió un poco excluida.

— De momento, mirar lo que hacemos y tomar nota de lo que creéis que se puede mejorar. Empecemos.

Kanha sintió miedo, se miró los guantes y se acarició las manos pensando en cuánto daño podría hacerles, a ellos, a los que llevaba meses intentando proteger. Cloud, una vez más, se había puesto a caminar dejándola atrás, esperando que le siguiera y ella miraba cómo se alejaba sin volverse. Vincent se dio cuenta y se acercó a ella.

— No eres la única que tiene miedo, todos lo tenemos y cada uno lo expresa a su manera. Pero no debes temer por nosotros, Cloud y yo somos guerreros bien entrenados. Pasar por Shinra también tenía que tener algo positivo. — Kanha le agradeció sus palabras con una sonrisa y se pusieron a caminar juntos hasta el centro de la pradera. Nanaki no estaba demasiado satisfecho con la decisión de última hora porque él también quería formar parte del epicentro, pero Yuffie estaba eufórica y no paraba de hacerle preguntas sobre magia que le tenían bien entretenido, aunque ninguno de los dos estaba dispuesto a perderse ni un sólo detalle de lo que allí se aconteciera.

— Bien. — Dijo Cloud invocando su espadón. — ¡Empecemos!

Vincent la miró a los ojos y asintió. Como si fuese un cowboy, tenía su pistola en la mano aunque no la había sacado aún de la funda que llevaba alrededor de la cintura; listo para apuntar y disparar. Ella apretó los labios y los puños. El ambiente era muy tenso. Kanha cerró los ojos, respiró hondo y buscó esa conexión que tan poderosa la hacía sentir. Notó la energía de todos y el miedo en cada uno de sus corazones. A pesar de que era algo negativo a ella la tranquilizó. Entonces abrió los ojos, puso las palmas de las manos delante suyo, una encima de la otra, y empezó a invocar la energía del agua. Las vibraciones que la rodeaban empezaron a cambiar para moldearse tal y como ella quería y generar una acumulación ante ella que pronto se transformó en una ola enorme que barrió toda la pradera. Lo hizo con mucho cuidado, intentando no acumular demasiada energía, pero incluso así, con los guantes puestos, era complicado no pasarse. Así fue cómo todos se dieron una ducha matutina.

— Kanha aún eres lenta invocando. ¡Debes hacerlo más rápido y vosotros debéis pensar en los contrahechizos! — Gritó Nanaki después de sacudirse.

Tiene razón. Y antes de que se volviera a concentrar un Vincent totalmente empapado estaba invocando un hechizo de fuego que cada vez se hacía más potente. La reacción de Kanha fue imitarle y como si de una competición se tratara ambos se lanzaron una bola incandescente y estas chocaron a medio camino consumiéndose la una a la otra. Sin dar tiempo a pensar en el siguiente paso, Cloud ya estaba invocando a Ifrit, el espíritu del fuego, y la joven se puso en guardia. ¡No sé cuáles son los contrahechizos! Se lamentó, pero ya era demasiado tarde porque el toro de fuego estaba allí para enfrentarse a ella. Ifrit era rápido y su fuerte era el calor. Cloud lo controlaba y tenía pinta de tomárselo bastante en serio. El primer ataque llegó casi al instante después de aparecerse ante ellos y la chica no tuvo tiempo de protegerse con magia, así que tuvo que fiarse de sus reflejos y esquivarlo físicamente. Pero, como si lo hubiera hecho toda la vida, usó la magia blanca para crear una barrera que la protegería de los ataques mágicos. Para ella era más fácil usar la magia blanca porque no tenía que concentrar energía externa, sino que simplemente canalizaba la suya propia. ¡Si lo suyo es el calor, lo mío será el frío! Se dijo a sí misma totalmente motivada. Con sus compañeros fuera del alcance de sus hechizos Kanha se sintió mucho mejor, más libre para dar rienda suelta a su potencial por descubrir. Así que mientras esquivaba los ataques de Ifrit, ella iba concentrando la magia de su alrededor para crear un hechizo de hielo. Cuando lo tuvo listo, simplemente extendió de nuevo las palmas de sus manos ante ella para canalizarla y proyectarla sobre su rival. Ifrit no se esperaba un ataque así de una niña que no hacía más que esquivarle todo el rato, así que no hizo ni el más mínimo gesto por intentar protegerse y aceptó el ataque como si no fuese más que una picadura molesta de un mosquito insignificante. Sin embargo, cuando el hechizo estaba a punto de tocarle cambió su forma y se intensificó exponencialmente, sorprendiéndole y dejándole bastante malherido. No obstante, no lo derribó y su furia hizo que su cuerpo incandescente se incendiara aún más. Lleno de ira se elevó en el aire y empezó a invocar una lluvia de fuego. Kanha sabía que era su blanco principal, pero aquel ataque podría alcanzar a sus compañeros o incluso a los aldeanos de Junon, por lo que debía detenerlo. Así que alzó los brazos y el viento empezó a soplar a su antojo, cada vez más fuerte, hasta que Ifrit empezó a desestabilizarse y tuvo que volver a tierra firme. Sin embargo, el ataque continuaba y a la chica no le quedó otra que intentar bloquearlo antes de que se extendiera. Se puso a cuatro patas y concentró toda la energía del agua en sus manos. En unos segundos al páramo se convirtió en una charca y las llamaradas que bajaron del cielo encontraron su final al tocar al suelo, aunque estaba tan concentrada en proteger a los demás que se olvidó de sí misma y algunas de ellas le alcanzaron. Kanha se revolcó sobre la superficie encharcada para deshacerse de las llamas y enseguida se puso en guardia. Sorprendentemente Ifrit ya no estaba, pero Vincent no le daba tregua y volvía al ataque. El cielo se había encapotado y la energía del rayo estaba muy presente. Con el suelo cubierto de agua era muy peligroso lanzar un ataque eléctrico, así que Kanha invocó el poder del fuego para secarse lo antes posible. No tuvo demasiado tiempo y recibió el impacto del rayo. Aunque había sido todo muy rápido, lo había sopesado antes de cometer tal estupidez: sabía que tendría tiempo suficiente para secar el suelo por lo menos hasta un metro de radio a su alrededor y que además todavía tenía la barrera mágica activa, o sea que lo más acertado para evitar un mal mayor era recibir el ataque directamente y así evitar que llegara a las zonas mojadas. Cuando le llegó la descarga sintió pavor por unos instantes que se le volvieron demasiado largos. Un rayo me trajo aquí. Tal vez un rayo me lleve de vuelta. ¡Si eso pasara no me lo perdonaría jamás! ¡No sería capaz de mirarme nunca más a la cara! Pero, a pesar del intenso dolor que la atravesó no pasó nada de lo que se temía: la barrera aguantó el ataque y el suelo estaba lo suficientemente seco a su alrededor como para que la electricidad no se propagara hasta el resto de sus compañeros. Kanha se sintió satisfecha y sonrió a pesar del dolor de las magulladuras que la obligaron a hincar las rodillas en la hierba chamuscada.

— Está bien, ya es suficiente. — Declaró Cloud mientras relajaba los músculos y se acercaba a ella. Kanha sabía que no podía curar sus propias heridas, pero eso era lo que menos le preocupaba. — Lo has hecho muy bien. — Le dijo dulcemente mientras la sostenía para que se relajara.

— Bueno, he perdido, ¿no?

— ¡Vaya! ¿Esperabas ganar? — Se sorprendió el chico. A ella se le escapó la risa, pero enseguida paró porque literalmente le dolía todo. — Espera, deja que te ayude con eso. — Cloud le echó una mano para que se pudiera tumbar en el suelo, le quitó los guantes y se los puso él. — Sólo relájate. —El resto del grupo se acercó a ellos formando un círculo a su alrededor. El chico puso las manos sobre ella, sin tocarla, y se concentró. Kanha notaba el cambio en las vibraciones de su alrededor, ya no necesitaba meditar para percatarse de todos esos detalles, por eso vio claramente cómo una parte de la energía vital de Cloud se canalizaba a través de sus manos para entrar a formar parte de la suya propia. Esa recarga externa revitalizó sus células motivando su regeneración y sus heridas se fueron cerrando rápidamente. Cuando ya hubo terminado, se quitó los guantes y se los devolvió. Kanha no podía cerrar la boca de lo sorprendida que estaba. — Usar la espada no me parecía adecuado, espero que no te importe que los haya utilizado…

— ¿Magia blanca? — Exclamó Kanha al tiempo que se incorporaba.

— ¿Pero tú no eras la experta? — Contestó Yuffie indignada ante una pregunta que a esas alturas le pareció un tanto absurda.

— Kanha creía que era la única del grupo capaz de usar la magia blanca, pero no es así y se acaba de enterar de ello. Por eso se ha sorprendido. — Aclaró Cloud al tiempo que ayudaba a su amiga a levantarse del suelo.

— Pues que sepas que la magia blanca no es un secreto para ninguno de ellos. — Completó la benjamina. — Aerith se aseguró de que aprendieran a usar, por lo menos, hechizos básicos de curación.

— ¡Pero eso es estupendo! — Exclamó Kanha.

— Así es. — Intervino Vincent. — Tanto Cloud como Nanaki como yo podemos hacer cura y alguna barrera simple. Aerith no tuvo tiempo de mucho más, pero estoy seguro de que cualquier detalle contará a la hora de la verdad.

— Bien. — Dijo Cloud para llamar la atención del grupo. — ¿Valoración? — Se dirigía directamente a Yuffie y al guepardo rojo y éste enseguida tuvo algo que decir, aunque la chica se le adelantó.

— ¡Pues una pasada! Creí que me iba a aburrir mirando un combate en el que sólo se usara magia y además no pudiendo formar parte de él, pero ni mucho menos. ¿Qué era eso que has invocado, Cloud?

— Es un espíritu elemental y no es algo fácil de conseguir. — Intervino Nanaki con ganas de hacer su aportación. — Creo que Kanha aprende rápido. A lo largo del combate ha ido incrementando su concentración y ha sido capaz de reducir los tiempos de invocación. Le ha fallado un poco el no saber los contrahechizos, pero lo cierto es que no hay que ser demasiado listo para entender que los elementos opuestos son precisamente los contrahechizos. Además, ha tirado de imaginación para protegerse y para protegernos. — Se hizo un momento de silencio. Kanha pensó que ese detalle había pasado desapercibido. — En cuanto a vosotros, sois unos guerreros terribles: vuestras combinaciones son muy mejorables, aunque imagino que no habéis ido a un mayor nivel para no forzar a una novicia. El hecho de invocar a un espíritu me ha parecido un poco excesivo al principio, pero después de ver que cómo Kanha se ponía al nivel de las circunstancias, he cambiado de idea. Supongo que se ha sentido más segura de atacar sin miedo a dañaros y no se ha seguido limitando, sin embargo, el aumento de poder también ha hecho crecer el rango de los ataques y eso ha propiciado que Yuffie y yo también formáramos parte del campo de batalla, aunque no estuviéramos involucrados activamente en ella, por eso Kanha ha cambiado su estrategia y la habéis vencido. Mi valoración es muy positiva y creo que deberíamos seguir con entrenamientos de este estilo e incluso enseñar a Yuffie algún hechizo básico para que ella también sea capaz de usarlos si se diera el caso.

— Increíble… — Murmuró la joven maga blanca. Ahora entiendo por qué Tifa dice que es el estratega del grupo y por qué Cloud quería que se quedara como espectador. Él también es un buen mago, podría haber ocupado su lugar en el combate, pero ahora entiendo por qué ha preferido dejarlo al margen…

— ¡Kanha! — Justamente Tifa la llamaba desde la puerta del almacén dónde estaban arreglando el Highwind. — Ven un momento, por favor. — La chica miró a su instructor.

— Ves. Si te llama seguro que es importante. — Y como si fuese una mujer nueva se levantó y se puso a correr. Así que esto es lo que se siente cuando te sanan con magia blanca… Se sentía eufórica, otra vez, llena de energía, liviana y capaz de hacer cualquier cosa. Cuando llegó al taller entró y vio cómo, además de su amiga, los dos hombres la esperaban con los brazos cruzados.

— Hola Kanha. — La recibió Tifa. — Estoy muy contenta del trabajo que estáis haciendo ahí fuera, pero necesitamos un poco de magia y viendo lo que hemos visto creemos que el entrenamiento de esta mañana ya ha acabado para ti. Así que, ¿te importa ayudarnos?

— Por supuesto. Dime: ¿qué puedo hacer?

— El Highwind está listo, pero hemos descubierto un fallo bastante serio en su diseño que hará imposible que despegue por sí mismo. — Intervino Cid.

— Estábamos a punto de salir para comunicároslo cuando el viento empezó a entrar por la puerta y tuvimos una idea. — Continuó Barret.

— Cid cree que si exponemos al Highwind a un fuerte viento es posible que consigamos hacerlo despegar. — Aportó la joven líder. — Además vimos cómo eras tú quién generaba esas rachas de viento tan importantes.

— ¡Y una vez en el aire el cielo será nuestro! — Concluyó el mecánico con una expresión en la cara radiante.

— Pero si eso funciona, también implicaría que el Highwind no podría tomar tierra porque sino no podríamos volver volar. — Apuntó la joven maga.

— Si conseguimos generar un fuerte viento en el momento del despegue no habrá problema. — Dijo Cid totalmente serio.

— ¡Céntrate Kanha! —Dijo Tifa al tiempo que la agarraba de los hombros. — ¿Cuál es nuestra prioridad ahora mismo?

— Vencer a Sephiroth.


— ¡Exacto! Y para ello debemos llegar al cráter del Continente Norte. Una vez allí llevaremos a cabo nuestra misión. Seguramente tengas que invocar a Sagrado y cuando todo esto haya pasado será el momento de pensar en cómo volver, pero hasta entonces es mejor no perder energías pensando en posibles desenlaces porque no es algo prioritario. Así que antes de desesperarte pensando en cómo volver a casa, céntrate en conseguir que todos tengamos esa oportunidad. — Todo era una locura, cada vez más inminente, pero tenía razón.

Ifrit